domingo, febrero 24, 2008

Maldigo Del Alto Cielo

Maldigo del alto cielo
la estrella con su reflejo,
maldigo los azulejos
destellos del arroyuelo,
maldigo del bajo suelo
la piedra con su contorno,
maldigo el fuego del horno
porque mi alma está de luto,
maldigo los estatutos del tiempo
con sus bochornos,
cuánto será mi dolor.

Maldigo la cordillera
de los Andes y La Costa,
maldigo, señor, la angosta
y larga faja de tierra,
también la paz y la guerra,
lo franco y lo veleidoso,
maldigo lo perfumoso
porque mi anhelo está muerto,
maldigo todo lo cierto
y lo falso con lo dudoso,
cuánto será mi dolor.

Maldigo la primavera
con sus jardines en flor
y del otoño el color
yo lo maldigo de veras;
a la nube pasajera
la maldigo tanto y tanto
porque me asiste un quebranto.
Maldigo el invierno entero
con el verano embustero,
maldigo profano y santo,
cuánto será mi dolor.

Maldigo a la solitaria
figura de la bandera,
maldigo cualquier emblema,
la Venus y la Araucaria,
el trino de la canaria,
el cosmos y sus planetas,
la tierra y todas sus grietas
porque me aqueja un pesar,
maldigo del ancho mar
sus puertos y sus caletas,
cuánto será mi dolor.

Maldigo luna y paisaje,
los valles y los desiertos,
maldigo muerto por muerto
y el vivo de rey a paje,
el ave con su plumaje
yo la maldigo a porfía,
las aulas, las sacristías
porque me aflige un dolor,
maldigo el vocablo amor
con toda su porquería,
cuánto será mi dolor.

Maldigo por fin lo blanco,
lo negro con lo amarillo,
obispos y monaguillos,
ministros y predicandos
yo los maldigo llorando;
lo libre y lo prisionero,
lo dulce y lo pendenciero
le pongo mi maldición
en griego y en español
por culpa de un traicionero,
cuánto será mi dolor.

Violeta Parra

miércoles, febrero 20, 2008

Despertad

Somos toda la rabia, toda la paja
los dolores de cabeza y la gonorrea.
Infectados de monotonía maníaca
llámese modernidad
encabezada por la corrupción
y la estupidez,
el aire caliente, la tv, el tráfico,
el ahogo, el sudor, los metales,
los mocos pegajosos,
el hedor del cemento
irradiando falsa luz.
Olor a mugre y herejía,
falsedad y carente humanidad.

Nos sobran las intenciones
rebalsan los intereses.
Nos condimentan con individualismo
y luego, henos sasonados con indiferencia
y algo de merquén
para hacernos más descarados.
El tardío arrepentimiento es un buen acompañante
más se sirve frío y es digerido casi instantáneamente...

Así vivimos de manera fugaz
casi sin darnos cuenta.
La vida pasa como un filme
y sólo lo notamos antes de morir,
o luego de algún momento de angustia.
Somos la generación del olvido,
esa que se está desvaneciendo
porque nos estamos haciendo los locos
a pesar de que las represiones explícitas ya no están.
Lo patético de la realidad envuelve las esperanzas
y las hace más débiles.
Todo se contamina hoy en día.
Esa gran máquina nos está cagando a todos.
Destruimos para crear y creamos para destruir...
...pero qué lógica no?...

Aún así, hay personas remando en reversa,
ovejas que se salen del rebaño,
desobedecen al pastor y siguen su intuición.
Hay incluso caminos que no aparentan serlo
mas alimentan las almas exiliadas del sistema.
Nos estamos encontrando
a través del amor
de las artes
de lo natural
de la humildad
de lo Humano.



Camila Tobar